El postoperatorio es muy variable en cada paciente, pero en general la recuperación acostumbra a ser rápida y sin problemas.
De quirófano los pacientes salen con una faja de compresión que cubre todas las zonas tratadas. Esta faja especial se tiene que llevar durante un mes seguido, de día y de noche.
El dolor es poco intenso. Los pacientes explican que notan como unas agujetas fuertes. En movimiento hay cierto dolor, pero en reposo no hay dolor.
Justo después de la operación la zona comienza a inflamarse mucho y aparecen muchos morados. La inflamación se mantiene alta durante una semana, y a partir del séptimo día es cuando empieza a bajar. Pasado un mes de la intervención comenzamos a tener una idea de cómo quedará la zona.
Los morados desaparecen entre el séptimo y el decimo día después de la intervención. No se puede practicar deporte durante el primer mes y se recomienda hacer reposo durante un par de días.