Abdominopàstia (3)
Ninguna cirugía está exenta de complicaciones, aunque las técnicas más modernas de lipoabominoplastia han hecho de esta intervención una técnica muy segura.
Durante las primeras horas hay riesgo de acumulación de sangre en los tejidos de la cirugía, que es lo que técnicamente se denomina hematoma quirúrgico. Esto sucede en las horas inmediatamente posteriores a la cirugía, cuando aún se está ingresado en la clínica, y se soluciona realizando una punción y evacuándolo.
Los primeros días también hay riesgo de infección. Normalmente se proporciona un antibiótico para evitarlo y se pautan unas curas sencillas. También se pueden acumular otro tipo de líquidos, estos muchos más claros, que técnicamente se denominan seromas. El tratamiento de los seromas consiste en realizar punciones repetidas hasta que conseguimos vaciarlos y que desaparezcan.
En personas mayores (>65 años), fumadores o diabéticos hay riesgo de necrosis. La necrosis es la falta de irrigación en los tejidos, que hace que las cicatrices tarden más en cerrase y que requieran curas posteriores.
El postoperatorio varía mucho en cada persona y para cada técnica. Las técnicas más agresivas tienen mejor resultado, pero también una recuperación un poco más lenta.
En la abdominoplastia casi siempre hay un dolor, como agujetas, en los abdominales. El dolor se nota sobre todo al toser o al levantarse de la cama. Este dolor dura unos 2-3 días. Además del dolor hay inflamación, que empieza a bajar pasada una semana.
Es muy importante llevar la faja abdominal durante el primer mes y no realizar ningún tipo de deporte. Tampoco no se pueden hacer esfuerzos ni coger pesos durante la primera semana.
La reincorporación al trabajo depende de la actividad física que se realice. Si el trabajo de es despacho, en menos de una semana se puede reiniciar la actividad. Si en el trabajo se realizan esfuerzos, puede que sea necesario esperar una semana para reincorporarse.
La abdominoplastia es una intervención que requiere una visita previa larga y completa para poder diagnosticar todo aquello que queda escondido detrás de un abdomen poco estético, y determinar así cuál es la mejor técnica para cada paciente. Sólo un diagnóstico exacto podrá determinar los aspectos finales del resultado.
Las técnicas de abdominoplastia no son rápidas, pero en manos expertas son muy seguras.
Antes de la intervención es necesario realizar un estudio preoperatorio para comprobar que el paciente está sano. Tenemos que asegurarnos de que no tendremos ninguna sorpresa durante la intervención.
La anestesia que se utiliza normalmente es la general, aunque también se puede hacer mediante una técnica raquídea, durmiendo de la cintura para abajo.
La duración de la intervención depende de la técnica que se realice, pero normalmente será de entre 2 a 3 horas.
Después de la intervención se coloca una faja abdominal, y el paciente estará ingresado una noche en la clínica.
El alta se da al día siguiente de la intervención.


